Los ucranianos se movilizan para ayudar a sus compatriotas que huyen de los combates. Es el caso de Lviv, la gran ciudad del oeste del país, donde la población acoge a los desplazados de Kiev o del este. La ONG francesa Puntos Corazón, presente junto a los más abandonados, acoge a familias que lo han dejado todo.
Entrevista de Xavier Sartre -Ciudad del Vaticano, 2 de marzo del 2022.
Tras el miedo del inicio de la guerra y las primeras alertas aéreas, Lviv se enfrenta a la afluencia de ucranianos que huyen de las zonas de combate o que son el blanco de bombardeos rusos. La movilización de los habitantes es general, mientras que la vida cotidiana se ve perturbada. Los niños y los estudiantes ya no van a la escuela ni a la universidad.
Aude Guillet, miembro del Punto Corazón de Lviv desde su creación quince años atrás, participa en este esfuerzo general. La vocación de la ONG francesa, presente en cuatro continentes, es la de estar en los lugares de mayor sufrimiento, lo más cerca posible de las personas más abandonadas. En estas nuevas circunstancias, el testimonio de vida y la ayuda prestada por esta modesta estructura, con cinco miembros, es aún más apreciables.
Desde el comienzo del conflicto, la casa ha acogido a una familia compuesta por una mujer ucraniana y un hombre turco que viven cerca de Kiev y tienen dos hijos, uno de los cuales es un niño autista. El martes por la noche, abrió sus puertas a una familia con una niña de nueve meses de Kharkiv que "encontró milagrosamente un tren", dice Aude Guillet.
“Lo que me conmueve mucho cuando llegan", confiesa Aude, "es que hay un sufrimiento muy contenido, una especie de paz y un verdadero stabat, es decir, que hacen frente a su propio sufrimiento y al de su pueblo, sin animosidad, sin rebelión, esto no me sorprende porque siempre me ha llamado la atención la bondad de los ucranianos”.
En la ciudad, "la gente se pone a disposición para recibir a los desplazados en la estación de tren, para hacer paquetes, para recibir a la gente en sus casas", continúa. Algunas escenas son desgarradoras. Una de sus amigas, que vino de Kharkiv con su hija y su hijo, de poco más de 18 años, intentó salir del país, pero sin éxito. El hijo mayor está obligado a quedarse, pues podría ser llamado para combatir.
Fuente: https://www.vaticannews.va/fr/monde/news/2022-03/lviv-ukraine-points-coeur-aude-guillet-temoignage-deplace-guerre.html
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