De Leonel, voluntario en Valparaíso:
Les quiero contar de una persona muy especial para el Punto Corazón, un joven de 21 años. El fue la primera persona que se acercó a la casa cuando llegué. Viene todos los días, a charlar un rato con nosotros, a rezar, o sencillamente a preguntarnos cómo estamos. Hace unas semanas atrás había tenido una pelea familiar y decidió irse de la casa y vivir con otro familiar, lejos del barrio. Por varias semanas no supimos nada de él, estuvimos muy preocupados. Cada oración que hacíamos la ofrecíamos por él, para que esté bien. Y un día que estábamos muy ocupados se escucha un grito que nos llamaba: era él que había vuelto. Salimos todos a su encuentro dejando todo lo que estábamos haciendo. Lo primero que hizo fue pasar por la casa, porque nos echaba de menos y nos contó que volvió para reconciliarse con el familiar con el que se había peleado. Y en ese momento descubrí en persona la humildad en presencia viva, descubrí que el amor puede sobre todo, que no hay nada que el amor no pueda solucionar. Estamos más que felices de que haya vuelto al barrio y que como nos dijo él: ¡Todo comenzó de nuevo! Es un joven donde la humildad brilla con su presencia.