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Los niños, protagonistas de nuestra misión

Delfina, voluntaria argentina en Valparaíso, nos cuenta el bello encuentro con 2 niños del vecindario. Todo es pretexto para recibir atención!


W. y F. llegaron a la puerta de nuestra casa, como todos los días a pedir agua, “excusa para pedir atención”. Les dimos sus vasos de agua, hablamos un rato tras las rejas y después volvimos adentro de nuestra casa. Al rato sentimos un murmullo en nuestro jardín delantero: eran los niños de nuevo, habían pasado por una de las barras que se rompió de nuestra reja, y estaban “limpiando” el pasto. Los miramos y lo primero que dijeron fue, “perdón tíos pero tienen un montón de piedritas, traigan una escoba que nosotros limpiamos”. Anticipándose al reto, saben cómo comprarnos (se imaginan que no había más de cinco piedritas y dos papeles). Les dimos una escoba a cada uno y ayudamos a juntar. Todo esto lo hicieron para que les diéramos atención un rato y lo lograron!


Justo era la hora del rosario y nos tocaba transmitir en vivo. A Marie se le ocurrió rezarlo con los niños y como en este momento es donde peor se portan, decidimos que Marie lo rece con ellos y nosotros nos encargábamos del vivo. Marie dudó mucho de esto ya que ella estaba sola con los dos terribles y podía terminar mal. Y no, todo lo contrario, los niños tenían una necesidad de esas tardes donde venían a rezar el rosario, que estaban súper concentrados y respetuosos. Marie quedó muy contenta de ese mimo al corazón que le regaló Dios esa tarde.


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